Muchas veces hemos escuchado la importancia de hacer un proceso psicológico, lo que sucede es que se ha desestimado este tipo de atención terapéutica, ya que quien asiste a este tipo de ayudas profesionales, considera que no es necesario pedir ayuda. Por tanto, silencian su sentir, evaden sus sentimientos y les restan valor. El exceso de cargas emocionales, mentales prolongadas en el tiempo, son radares, sensores que nos alertan para detectar y localizar una emoción especifica en el cuerpo y con el paso del tiempo, estos nudos emocionales afectan e impactan cada vez más y con más fuerza, la salud física de los seres humanos.

Si lograran dimensionar la profundidad, de cómo impactan las huellas emocionales  desde la infancia; muchas veces generando bloqueos, caos internos que se mueven en el fango de las emociones e ideas confusas y que en estos laberintos internos, algunas personas logran salir, pero otras se quedan atrapadas sin salida ; ya sea porque no se tiene el apoyo necesario, o no se atreven a desenredar su vida emocional, o  simplemente no lo creen tan necesario; saben que hay algo que les incomoda, les enoja, les entristece, les produce miedo, y no logran identificar de donde proviene y cuando un hecho funesto sucede dentro del ámbito familiar, educativo, laboral, es ahí donde surgen muchos interrogantes, que ya no se pueden descifrar, ni esclarecer.